Fuera el mundo a veces es hostil, interesado y duro.
Fuera hay que salir con coraza y espada.
Pero una vez dentro estás tú, con tu mirada serena y tus abrazos cálidos.
Dentro estás tú para calmar mi mente y mi espíritu.
Cada día, cada noche...estás tú para cogerme la mano, acariciarme el pelo y sentir que somos uno ¿o tres?
Cada noche cuando te abrazo pienso....eres mi rincón mullido del mundo.
Ese lugar de algodón y seda donde nada de duele, ni te incomoda, ni hace frío.
Eres el bastión que me da cobijo, el oasis en el desierto y la hoguera en la nieve.
Eres los cimientos de vida y la argamasa de los ladrillos de mi existencia.
Siempre eres el mejor recuerdo del día y el mejor de los sueños de la noche.
Eres la ilusión de levantarme cada mañana y saber que estás ahí y que un día más puedo decirte te quiero.
Escucharte, verte, sentirte, saber que estás...eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
Eres a quien quiero a mi lado hasta el fin de mi existencia.