Hoy me he levantado temprano desvelada por el trabajo y las ideas pendientes.
Estoy con el ordenador y el café viendo como el mundo se despereza y el sol ilumina el bonsai de la repisa...espero que el abono y sus rayos lo animen a seguir luchando.
Y desde aqui escucho un piar desafiante, valiente, y al mirar veo en la esquina de la terraza a un gorrión, con su corbatín y sus plumas pujadas, piándole al mundo desafiante desde el séptimo.
Está tan vivo, tan despierto, que me saca de mi teclado y mis números y no puedo evitar mirarlo y envidiarlo.
Estaba ahí, mirando el paisaje y piando, exigiendo atención y mientras picoteaba las hierbas de mis macetas, eligiendo caprichoso cuál de ellas era la más fresca y sabrosa.
Ya no suena, se ha marchado, ha sido apenas un minuto, pero no he podido evitar dedicarle unas letras, y una reflexión....¿cómo se puede envidiar a algo tan pequeño y tan frágil?
Me ha alegrado verle, lástima que no siga piándo y saltando entre mis flores el resto de la mañana....tener vida cerca, te da más vida ¿lo habéis notado?
Buenos días de sábado a todos.....
2 comentarios:
Hola corazón, sabes? me encanta ver como los pajarillos entran en mi patio y picotean las flores, te entiendo perfectamente.
Un beso
Me gustan esas pequeñas bolitas de plumas marrones...adoro los gorriones!
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