miércoles, 31 de agosto de 2011

Me mudo sine die a los cuarteles de invierno

Sensacion de no inclusion.
Como el que entra en la casa de los espejos y no se reconoce en ninguno.
Escucho, entiendo las palabras y mi cerebro se resiste a las ruedas de molino.
Cuando dar demasiado fue un delito?
Desde luego pedirlo lo es.
Nadie me dijo que las reglas eran así. Miento, sí que me lo dijeron y yo no quise creerlo.
Nadie me dijo que había que esperar que brotaran espinos donde habías sembrado bulbos de tulipanes.
Y ahora parece que todo el mundo acepta el pagaré de las palabras.
Un disculpa es el tipex que lo cubre todo.
Parece que el Tenorio tenía razon, un último acto de contricción salvará tu alma de la perdición.
Pues yo esperaba más.
Esperaba obtener un trato favorable.
Esperaba haber pagado por un asiento VIP en la vida.
Esperaba estar al día en los pagos de mi contribución.
Esperaba que como la hormiga que guarda, hubiese provisiones para los malos tiempos.
Esperaba tal vez demasiado, aunque para mí desde luego que no te griten ni te insulten, no es pedir demasiado.
Creo que haré de los cuarteles de invierno mi residencia habitual.
Hay que ir con armadura hasta para llevar el perro a pasear.
La conclusión es sencilla pero demoledora;
Nadie debe entrar a la trastienda.
Nadie debe abrir los cajones.
Nadie debe escucharte mientras duermes.
A nadie se le debe permitir que mire en el fondo de tus ojos....
Y como contrapartida.
No buscarás más alla de lo que encuentres en la superficie.
No preguntarás lo que no quieran contarte a la primera.
No intentarás saber más de lo que saben otros.
No intentarás hacer por nadie más de lo que ellos hacen por si mismos.
No inmiscuirse en las vidas ajenas, por ningún motivo, por ninguna razón, por ningún sentimiento.
Porque al final de todo resulta que cada uno tendrá su escala de medir y la experiencia me dice que siempre saldrás perdiendo.

martes, 30 de agosto de 2011

Puesta al día


Hace mil años que no escribo.

A veces porque no quiero escribir cosas negativas, a veces porque no pasa nada que contar y otras porque lo que ocurre es demasiado importante para escribirlo.

Hoy es la vuelta al trabajo y está siendo un horror. Me siento enjaulada, miro el reloj cada 10 minutos y todo me parece tedioso y gris.

Vengo de llenarme los sentidos de prados verdes y acantilados, de ruinas de piedra, de flores, de sonido de gaitas y violines, de viento helado y olor a tierra mojada y brezo.

Irlanda es un país precioso y lleno de contrastes. Con paisajes muy distintos y donde he encontrado gente acogedora e interesante.

Intentaré retomar el blog, para seguir contando historietas, quien sabe si nuevas o si encuentro valor para hacerlo, tal vez alguna más antigua.