miércoles, 24 de junio de 2009

Trabajos manuales



Llevo un tiempo sintiendo que estoy agotada mentalmente.

Siento que la cabeza llega un momento en el día en el que ya no puedo dar más de mí, que no puedo pensar, que me resulta imposible hacer el esfuerzo mental más básico.

Necesito menos trabajo mental y más físico. Necesito tareas en las que sólo se necesite el control para la mera precisión de la correcta ejecución material, pero nada más.

Me gustaría trabajar de bibliotecaria, de artesana, de hacedora de confituras, de pintora de letras góticas en grimorios, de jardinera, de decoradora de interiores, de personal shopper....de monitora de fitness, de guia de rutas en bici, de catadora de vinos.....

Pero me temo que no tengo mucho futuro en ninguna de estas profesiones...algunas porque no tengo la habilidad, otras porque la edad no acompaña, otras porque la crisis no está para aventuras...

Qué tiempos aquellos en los que una chica de buena familia podía pasar el día tocando el piano, escribiendo y leyendo, paseando a caballo y recogiendo rosas en los jardines...me temo que no he nacido para la vida proletaria.

Creo que esta noche me pondré Orgullo y Prejuicio o Sentido y Sensibilidad, para recordar los buenos tiempos....

miércoles, 17 de junio de 2009

Imagina si no estuvieras

A veces, tanto en los buenos como en los malos momentos, pienso cómo sería la vida si no estuvieras a mi lado.

Si no estuvieras, la vida no sería vida sino un insulso peregrinar sin rumbo, ni destino, como caminar por caminos polvorientos sin paisaje ni horizonte.

Si no estuvieras los días serían como dolorosas réplicas de si mismos, vacíos, lúgubres, tristes y sin sentido. Sin más razón de existir que el propio instinto de no morir, hasta que llegara a un punto en el que ni el instinto me sostendría.

Si no estuvieras no habría lágrimas suficientes para llorarte, ni palabras en todos los idiomas para añorarte.

Si no estuvieras no volvería nunca a ser yo, sino una pobre y triste sombra de mí.

Si no estuvieras, nada tendría razón de ser. No habría consuelo ni vida, porque mi vida es digna de de llevar ese nombre porque tú habitas en ella.

Quiera Dios que no me faltes, y si me faltas que yo no dure, porque nada merece la pena si tú no estás a mi lado.

viernes, 12 de junio de 2009

Cansinas


Hay personas que son como el ajo....se repiten y se repiten en un bucle infinito de hartazón indescriptible.

Hay personas cansinas y luego están de las que hoy me ocupo.

No es que sean malas, les falta inteligencia para serlo, su única maldad es la falta de sentimientos que en mi opinión va muy unida a la falta de seso.

Estos personajillos pululan por este mundo sin más meta ni objetivo que encuadrar en un epígrafe socialmente aceptado, algo así como pertenecer a algún epígrafe del IAE.

Las que mejor conozco dentro de esta tribu son a las "ellas", aunque el sector masculino tampoco tiene desperdicio..... y a las que más me cuesta digerir son las ellas que tienen el mismo cerebro que un mosquito, que se pasan por el arco de sus bragas toda la lucha feminista de los últimos 100 años, el esfuerzo de aquellas por competir en un mundo de hombres, por aquellas que un día dijeron jamás dependeré de un tío, por aquellas que quisieron salirse del rol de madre y esposa, que estudiaron que trabajaron, que fueron independientes que conquistaron el derecho del voto, del reconocimiento social, que consiquieron la equiparación.

Aquellas que hacen de su feminidad y su pose meliflua su modus vivendi, aquellas que no aspiran a más que ser una incubadora con patas y un bonito (o no) maniquí donde lucir los trofeos ganados con el sudor de un macho, me dan alergia.

Aquellas harpías que sólo saben enredar, confundir, y dar pena. Aquellas que están al acecho del incauto con las tres copias del documento de gananciales en el bolso, aquellas que no tienen más ambición que cazar al que será, después de papá y mamá, el que cubrirá sus necesidades vitales, porque no han sido capaces por ellas mismas de ganarse su pan y el de sus hijos. Vergüenza debería daros.

Sois una plaga, un producto trasnochado y caducado de otra época donde no había otra opción para las mujeres. Vosotras sois el fracaso del sistema, sois la vergüenza de vuestro género.

Una mujer de hoy no puede bailar al son de un hombre, ni depender del sueldo de este, ni cargar con el lastre de necesitar de una boda para sobrevivir. Una mujer, que quiera ser respetada, debe ser libre, independiente económicamente, sin necesitar a nadie, sin que le ate a su pareja nada salvo el amor incondicional, salvo los sentimientos.

Gracias a Dios en mis genes, llevo la herencia de varias generaciones de mujeres independientes, con sus propios recursos, luchadoras y emprendedoras que supieron ganarse el pan por si mismas, que gestionaron su fortuna y que sólo les unió a sus maridos el amor que les profesaban.

Vaya este post dedicado a ellas...y a las otras a las cansinas, decirles que en este mundo de hoy no tienen cabida, que son un mal ejemplo para las generaciones venideras, que se les debería aplicar la ley antigua, y que no tuvieran ni voto, ni libertad para abrir una cuenta, ni poder de decisión sin su marido, porque si quieren vivir así, que lo hagan hasta sus últimas consecuencias.

viernes, 5 de junio de 2009

¿Quién me ha robado las palabras?


Siento que me faltan las palabras.

Siento que llevo algun tiempo pensando en que necesito expresarme y no puedo.

Siento que algo turbio e informe se agita en mi mente y perturba mi capacidad de expresar, de hablar, de sentir, de escribir.

Algo me falta y me duele. Algo que sin ser preciso ni concreto, no permite que el aire circule, que entre la luz, que el polvo de la tormenta se asiente.

La sensación es la que deja el viento, cargado de partículas que emborrona el paisaje y mancha las hojas de las plantas, de manera que todo está turbio y descolorido.

No brilla el sol, ni destacan los colores, no es cristalino ni transparente y habitar se vuelve incómodo, deslucido, anodino, gris y distante.

Habito sin cohabitar, existo sin compartir, hablo sin conectar...pero a la vez oigo sin escuchar, toco sin sentir y vivo sin vivir en mi.

La resaca siempre es peor que la borrachera, más duradera, menos divertida, sin adrenalina ni inconsciencia.

Lo peor es bajar escalones, de tan alto que había subido, del cielo que había tocado.

El tiempo pasa, y arrastra con su paso las penas, pero como la niebla persistente, estas se están aferrando demasiado tiempo a mi vida. Y yo sigo sin escribir como quiero, sin hablar como quisiera, sin sentir lo que deseo, sin expresar la verdadera naturaleza de mi ánimo.