martes, 26 de mayo de 2009

Las pequeñas cosas


Ahora que el día a día me da una tregua, he tenido la suerte de disfrutar de las pequeñas cosas.

Leer, cuidar mis plantas, arreglar mi casa, sentarme en mi mecedora a escuchar los pájaros, preparar suculentos platos y sobre todo recrearme en tareas que la prisa convierte en estresantes.

Hay un nuevo rincón en mi casa. Un pequeño escondite repleto de recuerdos, de peluches y de comics. Es una puerta a Shangrilá donde aguardan los juegos, los dados, los tableros, las miniaturas, las maquetas de Stars Wars y la seta de los pitufos.

Es un lugar benéfico donde las plantas se sienten cómodas, los cactus son felices y las cortinas tamizan la luz creando una atmósfera ambar que invita a la lectura y al descanso.

Varias veces me he apoyado en el marco de la puerta al pasar y he mirado con orgullo nuestra obra.

Es una cabaña de madera como las que construía de pequeña en los árboles, es el lugar cálido al que llegar despues de una tarde lluviosa, el cuarto donde dar cobijo a quien necesite un refugio para el cuerpo y para el alma.

Es el lugar donde sentir que estás en casa, donde puedes cerrar los ojos y descansar, seguro y tranquilo.....donde nadie turbará tu sueño.

jueves, 21 de mayo de 2009

El amargo don de la sensibilidad


Hoy tomo prestado un título de Terenci Moix y lo adapto para contar las venturas y desventuras de un espíritu sensible.

Tengo la sensación de que últimamente necesito escribir, sacar al exterior pensamientos y sentimientos, porque aunque no se los cuente a nadie en concreto, es una forma de compartirlos.

La sensibilidad es un don con dos caras.

Por una parte es la capacidad de sentir y experimentar realidades que algunos no alcanzarían ni siquiera a imaginar. Es vibrar, emocionarse...sentir el alma plena y corazón desbordado por una palabra, por una música, por un paisaje o por un libro.

Pero tambien es llorar y sufrir, es sentir que el alma se estremece y algo dentro de uno se rompe cuando ves dolor, maldad o indiferencia.

Las personas sensibles son las más afortunadas, pero tambien las más desgraciadas. Son como un cristal que una nota puede partir, como un pétalo que con el frío se hiela, como un polluelo que hay que tratar con mimo.

Quien no sabe de sentimientos, nunca podrá entender porqué lloras al ver las flores bajo una losa, marchitándose al ritmo de los latidos que ya no resuenan.

Eureka


No hay nada como pasear para que los pensamientos, igual que los posos del vino se asienten y permitan ver con claridad.

Llevo tiempo dandole vueltas a la cabeza porque hay una decisión que debo tomar y cada día que pasa, la pendiente se empina un poco más, con lo que cada paso me cuesta más y más.

Hoy mientras paseaba pensaba cuanto me gusta la libertad, disfrutar de mi tiempo, sentir que no tengo obligaciones esperando.

Me encanta pasear a primera hora, y montar en bici y desayunar sin prisar mientras veo las noticias.

Me gusta ver salir el sol desde el balcón, pero sin que el despertador me toque diana.

Me gusta tener tiempo para mi y para los que quiero.....así que necesito trabajar en algo que me permita tener todo eso que me gusta...y que como puede verse no es material ni requiere una gran inversión.

Ya he tomado una decisión, y no por los motivos que a priori hubiese pensado. Debe ser que me hago mayor y pragmática.

El siguiente paso: un buen título de tesis....

martes, 19 de mayo de 2009

Margaritas a los puercos



El tiempo....ese bien tan preciado y tan escaso, que con demasiada frecuencia dejamos escapar, malgastándolo en tareas nada reconfortantes o con semejantes a los que sinceramente, no nos asemejamos.

Tenemos la suerte de que al nacer nadie nos entrega nuestro reloj de arena, sino que un buen día el segador, con sus azules y brillantes pupilas viene y nos dice MUY BUENAS, DEJA LO QUE ESTÉS HACIENDO, QUE YA NO TIENE IMPORTANCIA.

La cuestión es que cada minuto de la vida deberíamos apreciarlo, valorarlo y darle un buen uso, como pepitas de oro, como pequeños diamantes, como preciadas monedas de plata...pero la verdad es que lo desperdiciamos como quien deja un grifo abierto. Lo derrochamos sin sentido y sin mesura.

Me refiero a esos minutos, horas y días desperdiciados en aquellos que no lo merecen. Esas personas a los que yo llamo cronófagos que acaparan tu vida y tu tiempo con sus problemas, aquellos que con su presencia física o con la preocupación que generan son capaces de consumir el tiempo ajeno como la llama consume el papel.

He decidido que mi tiempo es más valioso que el de otros, por lo que intentaré ceder la menor parte de este, y en lugar de adaptarme a otros, que sean otros los que se adapten a mi.

El camino es largo y las flores crecen alrededor de quien se molesta en sembrarlas. Ya está bien de dar semillas, podar el jardin ajeno y velar porque las plantas den su fruto.

Que cada quien decida si quiere sembrar espinos o margaritas. Y no vale lamentarse como la cigarra cuando llegue el invierno. Porque lo peor es que en muchas ocasiones, descubres que a ti sólo te enseñan su tierra baldía, la mala tierra que por desgracia les ha tocado...y mientras tú te esfuerzas en que esa tierra produzca, en un rincón escondido, ellos recogen sus frutos.

Ya está bien de intentar arar el campo ajeno, ya está bien de penar por las malas cosechas de otros, ya está bien de invertir en aquello que no produce.

Que cada cual cuide de su huerto, que yo con afán me dedicaré al mío. Y a partir de ahora el que quiera encontrarme que me busque entre mis bancales.

viernes, 15 de mayo de 2009

Viernes

El viernes es un día maravillo....es la llave que abre la puerta a la libertad del fin de semana.

Suena a cadenas rotas, a bisagras que se abren al bullicio que anuncia la fiesta.

El viernes sabe a libertad, a espuma y burbujas, sabe a saltarse la dieta, a palomitas, a patatas frias y coca-cola, a aperitivos y coctel.

El viernes es día en el que sueltas tu pesada carga, te sacudes el polvo de las zapatillas, el cansancio cansa menos y la noche es imprevisible con la promesa de que el amanecer del sábado se derramará en las baldosas sin el estruendo del despertador.

El viernes es la esperanza de saber que quedan "varios" días hasta que llegue el lunes y la rutina.

Hoy es viernes...y como dice M.G......los sueños brillan más!

jueves, 14 de mayo de 2009

Duda existencial


A veces es bueno pasear y dejar que los pensamientos se agiten con nuestros pasos.

Es algo así como cribar las lentejas o sacudir la paja para que se separe del grano.

La mente es un instrumento curioso, que tiene resortes que no dominamos y a la que no dedicamos tiempo para desentrañar sus secretos.

Creo que a veces, la mente analiza los problemas por su cuenta, cuando dormimos o cuando barbechamos y luego, en la superficie consciente aparece una solución....tontos de nosotros, pensamos que ha sido una feliz idea, pero cada vez más pienso que en un nivel inconsciente el cerebro está maquinando por su cuenta.

Todo esto nos lleva a que tengo rondándome por la cabeza un asunto. Una decisión más bien y que no se por donde tirar.

La decisión es sobre si seguir por un camino dificil, duro y agotador que llevo medio andando desde hace años, o por fin desisto con sus pros y contras.

No soy de dejar las cosas a medias, porque el alivio que supone dejarlas, no compensa a la incomodidad del Pepito Grillo recordándome que no debí dejarlas.....pero por otro lado cada vez me cuesta más, ceder parte de lo que menos tengo, que es el tiempo.

La duda se llama Tesis y los caminos que se bifurcan se llaman trabajo. Llevo demasiado tiempo con un pie en cada uno y comienzo a acusar el cansancio...¿cuanto más voy a aguantar?.....

No lo se, pero una vez que decida, ya no puedo permitirme dudar.

viernes, 8 de mayo de 2009

Que mala es la falta de sueño

Tengo sun sun.
Sun sun no tiene nada que ver con días soleados, es mas bien esa sensación de embotamiento neuronal que te impide pensar, hablar...y hasta pestañear.

Es ese cansancio medio borrachera que causa en mi la falta de sueño. Tengo la energía básica para no morir de asfixia por dejar de respirar y estampar la jeta contra el monitor.

Casi no me tengo en pie y las sinapsis de mis neuronas están flotando en el eter.

No se le puede pedir menos a alguien para tener la consideración, no ya de ser humano, sino inlcuso de ser vivo.

Me quedaría como una lagartija en invierno, ralentizada hasta casi la hibernación.

Necesito dormir o no me merezco que me llamen persona...y lo peor es que tengo que seguir interactuando con mis semejantes a los que, realmente, y siendo honestos, en este lamentable estado, me asemejo bastante poco.

Aqui estoy en mi guarida, deseando que me dejen como a una osa hibernando, sin dar un ruido, tan sólo unos leves ronquidos, si procede.

La cabeza me hace sun sun, los oidos escuchan sonidos amortiguados, como si tuviese corchopan en las orejillas y apenas encuentro energía para sostener los párpados.

Ay omá que sueñito más malo...y aún me quedan dos horas.

Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

jueves, 7 de mayo de 2009

Sin saber muy bien por qué

Sin saber muy bien por qué a veces siente uno la necesidad imperiosa de empuñar la pluma o en su defecto el teclado y dar rienda suelta a los pensamientos, que bulliciosos se acumulan en la mente pugnando por un lugar prioritario.

A veces es una idea clara y a veces son tan solo retazos inconexos, objetos sin forma, piezas de un puzzle que aun no vemos.

Ahora me siento así y por eso escribo.

La palabra escrita tiene el don de la permanencia, frente al pensamiento que es efímero y permite leer y releer y servir de soporte a la mente para aclarar las ideas.

Busco una solución para algo, pero no la encuentro. No se, pero intento saber, y por más que leo no termino de verlo claro.

Hay cosas que no entiendo, vaya una primicia!!...pero aunque resulte inmodesto me precio de ser una persona que entiende (entiendase en el sentido clásico y no en nuevo argot de tendencias sexuales), al menos en lo que a sentimientos se refiere.

No entiendo la permanencia de determinados pensamientos contra viento y marea, contra el tiempo y el azar, contra el sentido común mismo, contra la no correspondencia.

No entiendo ni comparto, pero trato de entender, de resolver, de buscar una opción, una alternativa, una rendija en el muro, una palanca que me permita mover montañas.

Siento que es como ir en contra de una inercia como la deriva continental, como la rotación de la tierra o la atracción de la luna....pero lo seguiré intentando, todo tiene un fin y peores fiebres se pasan. La costumbre no es más que el acto repetitivo de un hecho que hace que las personas adopten un determinado molde.

Pues bien, es el momento de cambiar el molde, este ya no funciona, ¿pero por dónde empezar? eso es lo que no termino de ver claro.

Seguiré leyendo y pensando, pero siento que será mi intuición quien encuentre la clave. Por ahora, dejaré los pensamientos en barbecho, que para estos casos suele ser la receta adecuada.

PD. esto esta escrito para mi, no espero que nadie lo entienda, porque no es esa su función. El blog hace la función del pensadero de Harry Potter, me permite sacar las ideas de mi cabeza durante un rato y así liberar espacio en el disco duro, que aunque quedan muchos gigas disponibles, a veces la RAM me peta.

martes, 5 de mayo de 2009

El mar


Debe ser cosa de la edad....

Recuerdo hace años, que para mi las vacaciones en la playa eran un hecho sin más trascendencia. El mar, era un elemento más del paisaje y el sonido de las olas, algo a lo que casi no prestaba atención.

Pero con el paso de los años siento que el mar ejerce sobre mi un hechizo que me atrae y todo el tiempo me parece poco para deleitarme con su aspecto cambiante, su olor, su color, su inmensidad...

Es una especie de fascinación que me inunda de manera que considero como tiempo perdido todos los momentos que paso a su lado sin mirarlo, pendiente de un libro o dormitando.

El rumor o el estruendo de las olas, la espuma que salpica las rocas cuando está furioso y se revuelve en un ir y venir contra la costa.

La gandiosidad de los acantilados, cayendo a pico sobre las rocas que aguantan las embestidas del mar....

Estoy deseando volver, tanto a las plácidas arenas que acaricia mansamente como a los escarpados montes que se precipitan al mar...