lunes, 31 de enero de 2011

La esencia de uno mismo

¿Qué define la esencia de una persona?

Su cara, sus opiniones, sus andares, su vestido....

¿Dónde está el límite que marca la diferencia entre el individuo y la masa?

Yo seguiría siendo yo, aunque me cortara el pelo, me lo tiñera de verde y caminara por el mundo con calzas a rayas y lazos de colores.

Tú eres tú, más allá de lo que muestra tu apariencia y tanto más asentado estará tu yo, cuanto menos se perturbe por tus cambios de apariencia.

Cuando iniciamos en difícil tránsito de la niñez a la edad adulta, necesitamos hacer de nuestro aspecto una proyección de nosotros mismos. Nuestro pelo, nuestra ropa, la forma en la que nos expresamos o andamos proyecta nuestra personalidad y a la vez nos ayuda a fijarla, para que no cambie o sucumba al entorno.

Pero llega un momento en que uno entiende las reglas del juego, y aprende que lo mejor de uno mismo reside en el interior y que es seguro, inmutable y duradero, inalterable a la opinión ajena, a las modas o los condicionantes sociales, y entonces se libera de la coraza que protege su personalidad y que se sustenta con un corte de pelo o una moda.

Yo soy yo, aunque para dar clase hable más alto y sin acento.

Yo soy yo, con mis botas y mi casco o con raya diplomática.

Yo soy yo en un cóctel, en un monte, en la iglesia y en mi casa.

Asiéntate y da por concluido tu camino a la edad adulta, fija tu carácter y tu pensamiento y liberate de las ataduras de considerar que la esencia de ti mismo reside en tu aspecto.

Eres mucho más que una barba y una capucha de duende.

sábado, 15 de enero de 2011

El rey del mundo

Hoy me he levantado temprano desvelada por el trabajo y las ideas pendientes.

Estoy con el ordenador y el café viendo como el mundo se despereza y el sol ilumina el bonsai de la repisa...espero que el abono y sus rayos lo animen a seguir luchando.

Y desde aqui escucho un piar desafiante, valiente, y al mirar veo en la esquina de la terraza a un gorrión, con su corbatín y sus plumas pujadas, piándole al mundo desafiante desde el séptimo.

Está tan vivo, tan despierto, que me saca de mi teclado y mis números y no puedo evitar mirarlo y envidiarlo.

Estaba ahí, mirando el paisaje y piando, exigiendo atención y mientras picoteaba las hierbas de mis macetas, eligiendo caprichoso cuál de ellas era la más fresca y sabrosa.

Ya no suena, se ha marchado, ha sido apenas un minuto, pero no he podido evitar dedicarle unas letras, y una reflexión....¿cómo se puede envidiar a algo tan pequeño y tan frágil?

Me ha alegrado verle, lástima que no siga piándo y saltando entre mis flores el resto de la mañana....tener vida cerca, te da más vida ¿lo habéis notado?

Buenos días de sábado a todos.....