martes, 26 de mayo de 2009

Las pequeñas cosas


Ahora que el día a día me da una tregua, he tenido la suerte de disfrutar de las pequeñas cosas.

Leer, cuidar mis plantas, arreglar mi casa, sentarme en mi mecedora a escuchar los pájaros, preparar suculentos platos y sobre todo recrearme en tareas que la prisa convierte en estresantes.

Hay un nuevo rincón en mi casa. Un pequeño escondite repleto de recuerdos, de peluches y de comics. Es una puerta a Shangrilá donde aguardan los juegos, los dados, los tableros, las miniaturas, las maquetas de Stars Wars y la seta de los pitufos.

Es un lugar benéfico donde las plantas se sienten cómodas, los cactus son felices y las cortinas tamizan la luz creando una atmósfera ambar que invita a la lectura y al descanso.

Varias veces me he apoyado en el marco de la puerta al pasar y he mirado con orgullo nuestra obra.

Es una cabaña de madera como las que construía de pequeña en los árboles, es el lugar cálido al que llegar despues de una tarde lluviosa, el cuarto donde dar cobijo a quien necesite un refugio para el cuerpo y para el alma.

Es el lugar donde sentir que estás en casa, donde puedes cerrar los ojos y descansar, seguro y tranquilo.....donde nadie turbará tu sueño.

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