jueves, 7 de mayo de 2009

Sin saber muy bien por qué

Sin saber muy bien por qué a veces siente uno la necesidad imperiosa de empuñar la pluma o en su defecto el teclado y dar rienda suelta a los pensamientos, que bulliciosos se acumulan en la mente pugnando por un lugar prioritario.

A veces es una idea clara y a veces son tan solo retazos inconexos, objetos sin forma, piezas de un puzzle que aun no vemos.

Ahora me siento así y por eso escribo.

La palabra escrita tiene el don de la permanencia, frente al pensamiento que es efímero y permite leer y releer y servir de soporte a la mente para aclarar las ideas.

Busco una solución para algo, pero no la encuentro. No se, pero intento saber, y por más que leo no termino de verlo claro.

Hay cosas que no entiendo, vaya una primicia!!...pero aunque resulte inmodesto me precio de ser una persona que entiende (entiendase en el sentido clásico y no en nuevo argot de tendencias sexuales), al menos en lo que a sentimientos se refiere.

No entiendo la permanencia de determinados pensamientos contra viento y marea, contra el tiempo y el azar, contra el sentido común mismo, contra la no correspondencia.

No entiendo ni comparto, pero trato de entender, de resolver, de buscar una opción, una alternativa, una rendija en el muro, una palanca que me permita mover montañas.

Siento que es como ir en contra de una inercia como la deriva continental, como la rotación de la tierra o la atracción de la luna....pero lo seguiré intentando, todo tiene un fin y peores fiebres se pasan. La costumbre no es más que el acto repetitivo de un hecho que hace que las personas adopten un determinado molde.

Pues bien, es el momento de cambiar el molde, este ya no funciona, ¿pero por dónde empezar? eso es lo que no termino de ver claro.

Seguiré leyendo y pensando, pero siento que será mi intuición quien encuentre la clave. Por ahora, dejaré los pensamientos en barbecho, que para estos casos suele ser la receta adecuada.

PD. esto esta escrito para mi, no espero que nadie lo entienda, porque no es esa su función. El blog hace la función del pensadero de Harry Potter, me permite sacar las ideas de mi cabeza durante un rato y así liberar espacio en el disco duro, que aunque quedan muchos gigas disponibles, a veces la RAM me peta.

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