miércoles, 23 de septiembre de 2009

EQUINOCCIO


Equinoccio de septiembre:
En el polo Norte, paso de un día de 6 meses de duración a una noche de 6 meses.
En el hemisferio norte, paso del verano al otoño; se llama el equinoccio autumnal.
En el hemisferio sur, paso del invierno a la primavera; se llama el equinoccio vernal.
En el polo Sur, paso de una noche de 6 meses de duración a un día de 6 meses.
Los equinoccios realmente son un momento particular en el calendario, un instante de tiempo que ocurre a una hora determinada; en vez de todo un día entero (aunque acostumbramos llamar equinoccio o día equinoccial a la jornada en que ocurre este instante).

Lo cierto es que cualquier momento es bueno para venir al mundo, pero hay fechas que en mi opinión son especiales...y una de ellas es un equinoccio.

Al margen de tecnicismos, para mi esta fecha tiene algo místico. El otoño, a diferencia de las otras tres estaciones, es un bálsamo para el calor sofocante del verano.

Las primeras lluvias son una bendición para la tierra, las plantas y las personas...el olor a tierra mojada, el aire cargado de humedad, las primeras tormentas del otoño, son un espectáculo para los sentidos.

Hay una luz especial, de color y de inclinación, que si eres observador, no pasa desapercibido.

Los atardeceres de otoño son una paleta de colores imposible de imitar en un lienzo.

Es una época que invita a pasear, a cambiar de indumentaria y de vida, de empezar de nuevo.

Cada estación tiene su encanto, pero el otoño, tan aborrecido por algunos, es para mi la preferida.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Esta va por mi.



Treinta y cinco años llevo de la mano de Kronos hollando esta tierra.

Treinta y cinco años de errores y aciertos que al pesarlos inclinan la balanza a favor de mi buen juicio o mi buena estrella.

Treinta y cinco, que en el cómputo del mundo son apenas un instante y en mi vida son cinco veces los años de mi sobrina a la que he visto crecer a un ritmo de vértigo.

Treinta y cinco, que ya me hacen sentir en el collado de las montañas que a partir de ahora desciende hasta los 40, pero igual pensé a los 25 y es posible que hasta los 15.

Pero aqui estoy, bastante mejor que algunos, y seguro que peor que otros tantos.

Si miro hacia mis talones creo que puedo decir con orgullo y agradecimiento a los hados, que no lo he hecho mal del todo, que aunque metí la pata 100 veces, otras 100 al menos, acerté, que cogí los trenes al vuelo, que supe elegir mis compañías y que acerté de pleno al dejarme caer de la cigüeña....que aprendí a llevar las riendas de mi vida y supe cuál era el camino en los cruces donde esta se bifurcó....que me equivoqué y aprendí y que supe escuchar a otros más sabios, que tardé pero comprendí que el mundo no es blanco ni negro y que hasta el gris tiene su encanto.

No sé cuantas lágrimas he derramado, ni cuantas risas he compartido, no sé las horas he perdido y cuantas he multiplicado....los dados que he lanzado, los besos que he dado, los que nunca debí dar y los que perdí la ocasión de darlos...

Sin embargo recuerdo bien a los que he querido y perdido, a los seres amados que hoy están conmigo en persona o en espíritu...a los que llevan tiempo conmigo haciendo de este recorrido un agradable paseo, a los que me ayudan y me quieren, a los que hacen que mi vida tenga brillo y calor, a quellos que con su presencia iluminan mis pasos, me brindan su mano y su espalda para cargar con mis pesares y rien y lloran conmigo.

Treinta y cinco otoños desde aquel primero en el que nací amenazando al mundo....hay actitudes que sientan precedentes....Treinta y cinco septiembres y hoy al mirarme al espejo no me ha parecido mal el reflejo.

Brindo por los treinta y cinco y puede que hasta por otros treinta y cinco más....siempre que el destino me permita seguir compartiéndolos con todos aquellos que ocupan una casilla de honor en el tablero de mi vida.

jueves, 10 de septiembre de 2009

La vuelta.....


Hace semanas que he vuelto y hasta hoy no me he sentido con fuerzas para escribir.

No por falta de inspiración, más bien por exceso de ella.

He vuelto con los sentidos plenos, con un sinfín de imágenes en mi cabeza, con colores, sonidos, olores y sabores.

Cierro los ojos y sigo viendo las montañas malvas que se extienden hasta el horizonte, las cascadas de agua negra, los prados de un verde inimaginable....veo casas de piedra vetusta y castillos al que el paso del tiempo y las inclemencias no han podido arrebatarles su imponente presencia.

Aún siento el viento helado de las montañas, la lluvia que te azota o te empapa suavemente, el sonido de las gaitas por caminos antiguos donde te previenen de las ardillas rojas.

La niebla, la luz, el mar, las montañas, la sidra, los rótulos en gaélico y el muesli por las mañanas...hasta el café aguado sabía bien antes de una nueva jornada.

Echo de menos Escocia, echo de menos el viaje....sólo me consuela pensar que ha sido una primera cita, y que en breve volveremos a encontrarnos.