lunes, 3 de agosto de 2009

Los duendes de Mirifice



Es ese momento del claroscuro, donde casi no se distinguen los colores y solo las siluetas se perfilan vagamente.

Allí, lo estoy viendo, hay una pequeña lucecita que bien podría ser una luciérnaga o un pequeño fanal alumbrando el dintel de la puerta. Una puerta labrada, de madera oscura, que puede entreverse detrás de las grandes hojas que la ocultan a las miradas indiscretas.

Ahí, algo se mueve, algo diminuto y de brillantes colores, con un puntiagudo gorro rojo y una expresion inteligente en su cara.

Casi no hace ruido, casi no roza el suelo con sus zapatos, se diria que sus pasos son livianos como el viento y que la hierba no cede ante su paso, sino que flexible se aparta y vuelve a su lugar cuando ella se ha marchado.

Es un espiritu del bosque. Es un duende de Mirifice, los veras acunando mariposas, hablando con los pájaros, asando pequeños hongos en el fuego de salamandras...pequeñas, astutas, libres y bondadosas. Huelen a hierba y a musgo, a flores y resina.

Sus voces resuenan como el sonido de pequeñas campanas o a cascabeles de gato, sus ojos son de todos los colores de los árboles y la tierra, almendrados, chispeantes, alegres e inquisitivos.

Si algún dia tienes la suerte de verlas quítate el sombrero y cédeles el paso y cuenta a tus nietos si los tuvieras, que fuiste bendecido por los hados y que un día se cruzó en tu camino un duende de Mirifice.

1 comentario:

mirifice dijo...

Aysssshhh...por favor que bonitoooo!!!!
Muchas gracias Drizz!!
Las cosas asi son las que me hacen seguir en la batalla!!
Jo, que buen comienzo de lunes!!!
Beso achuchao!!
Eva